Las sangrías siguen en carrera
- Fernanda Orellano
- 30 mar
- 3 Min. de lectura
En la fabulosa historia del vino, aparece la sangría, una bebida a base de tinto originalmente, más frutas y azúcar.

Sin vino no hay sangría
La mezcla de vino con azúcar y botánicos (vermut), o la de alcoholes, con azúcar, especias, frutas y azúcar (punch), son muy antiguas. Todas ellas, fueron evolucionando, en la medida que los ingredientes fueron llegando a Europa, y estas mismas mezclas migraron al Nuevo Mundo, donde fueron mejoradas o reversionadas.
¿Pero cuál es el ADN de la sangría? Sin duda, que el componente esencial es el vino. Si bien hay una variación en todo lo demás, no hay sangría sin vino.
Puede haber una sangría con azúcar granulada, con almíbar, con miel o con licor, puede tener jugo de limón o de pomelo, puede tener fresas, melón o durazno, pero el vino, es el ingrediente obligatorio. Y si bien el tinto es el más original, desde luego puede ser con blanco, rosado, o con espumosos, incluso con agregado de algún vino especial como un Jerez o Porto.
Las frutas, son otro elemento esencial, siendo las naranjas las primeras en sumarse a la mezcla, pero podes probar con otras apelando a tu creatividad. Lo bueno de la sangría es que no hay recetas tan precisas, y con un poquito de paladar y muchas ganas podes construir tu propia receta.
Los inicios
Durante los años 1700 y 1800, a los ingleses les gustaba el Claret Cup, una mezcla de vino tinto de Bordeaux (los claret eran los vinos de la Aquitania francesa), con brandy y especias.
Pero quizás, la sangría como la conocemos hoy, proviene de España. Los historiadores especulan que agregar fruta cortada al vino tinto probablemente ocurrió primero en el sur de España, en Andalucía. Los lugareños agregaron fruta fresca a un vino seguramente tinto de inferior calidad y lo dejaron reposar durante unos días. Luego se agregó azúcar, y algo de brandy y especias, legado de los cinco siglos de dominio musulmán en el sur de la península ibérica.
Más tarde, la sangría ingreso al paladar de la cultura americana y su coctelería desde 1960, aproximadamente. Hoy está de moda en el mundo. Cada bar, cada restaurante, cada café elabora la suya, y se sirven en botellas o jarras, y también las hay de grifo.
Entonces, después de toda esta data ¿que esperas para preparar tu sangría? Nada más fácil y rico, que esta mezcla para recibir a los amigos, incluso para festejar el Día Mundial del malbec, un varietal perfecto para esta combinación, por su frutosidad y balance.
La sangría embotellada y protegida

La sangría es tan conocida fuera de España como la paella o su jamón Ibérico. Tan así, que es una bebida, que el Parlamento Europeo protege de las falsificaciones.
Desde el año 2014, se le reconoce como indicación geográfica a los vinos aromatizados, y limita el uso de la denominación «sangría» a la producción de esta exclusivamente en España y Portugal.
Es decir, que la mención "sangría" en los productos que se venden embotelladas, debe ir acompañada de las palabras "producida en ….”, excepto si se produce en España o Portugal, únicos países con derecho a usar la sola mención “sangría” en la etiqueta.
Te dejo unas recetas con malbec, para disfrutar del cepaje argentino en una versión fresca y deliciosa.

Comments