Sobriedad curiosa, el último grito de la moda
- Fernanda Orellano

- 29 nov
- 6 Min. de lectura
En estas fiestas sentamos a la mesa y brindamos por un nuevo invitado, los espumosos sin alcohol y otras alternativas.

Antes sobria que sencilla
Recuerdo con mucha alegría, la frase que mi papá repetía cuando volvía de visitar a su médico, más amigo que médico: “me dijo que podía tomar medido, o sea, 1 copa, 3 copas, 1 botella, pero siempre medido”. Definitivamente, lo que resultaba gracioso en aquellos tiempos, no tanto para mi mamá, hoy a la luz de las nuevas tendencias, suena disparatado.
Antes de continuar, quiero aclarar que, mientras escribo la nota, me inspiro con una copa y que no está en mis planes abandonar el placer que me regala el malbec y tantos otros vinos argentinos deliciosos. Pero es cierto, que luego de investigar un poco el tema, me encuentro con la sorpresa de que algo llamado “sobriedad curiosa” va en serio, muy en serio.
Me refiero a una tendencia, mejor dicho, un movimiento que abraza a la gente que experimenta con la sobriedad por razones de salud, bienestar o, sencillamente, por curiosidad. Más que eso, representa un cambio en la forma en que las personas y las generaciones interactúan con el consumo de alcohol; básicamente, un estilo de vida en el que se bebe menos sin comprometerse necesariamente con la abstinencia total.
Sabemos que, según expertos y múltiples estudios, moderar la ingesta puede mejorar la concentración y la memoria, el sueño, la energía y el control del peso. También puede ayudar a tener una piel más sana, un alivio de la depresión y la ansiedad, y algo no menor, disminuir los riesgos de enfermedades serias como el cáncer, la enfermedad hepática y el derrame cerebral.
Obviamente, que todo esto es bienvenido, por lo que no se sería tan malo practicar un rato esta tendencia sober-curious; quizás con el propósito de beber y disfrutar del vino, por muchos años, de ser posible toda la vida; sería como hacer del ejercicio de beber una carrera de regularidad.
Enero seco 2014
¿Pero, en qué momento se dejó de pensar que beber una copa de vino, no era un beneficio al menos para el alma? Algo de lo que sigo 100% convencida.
La idea de “cero alcohol” surgió en 1942, cuando el gobierno finlandés lanzó la campaña "Enero Sobrio" y pidió a la población abstinencia, debido a la preocupación por el aumento del consumo durante su lucha contra la Unión Soviética.
Setenta años más tarde, Alcohol Change UK, en enero 2014, lanzó un reto llamado “January Dry”, que instó a tomar un mes de descanso y evitar el alcohol después de las comilonas navideñas. Sería lo que popularmente llamamos un détox.
Lo cierto es que, por extraño que suene, detrás de esta campaña hay mucho más que una actitud que se reduce a un mes del año. Las bebidas sin alcohol están inundando el mercado; y ya no hablo de cervezas o vinos de bajo grado o sin alcohol, sino de whiskies o gines sin alcohol, y un universo de cócteles vírgenes que se apuntan en todas las barras. Algo está pasando.
En Argentina, por primera vez, en estas fiestas, las burbujas podrán disfrutarse sin rastros de alcohol. Nieto Senetier, presentó su Nieto Senetiner 0% Brut, un espumoso sin alcohol, elaborado con uvas pinot noir del Valle de Uco.
“El desafío fue conservar el alma del vino y ofrecer la misma experiencia sensorial, sin comprometer la calidad”, explicó el enólogo Roberto González.
El desarrollo, que demandó más de un año de trabajo, combinó la vinificación tradicional con una innovación tecnológica inédita en Argentina: la tecnología Spinning Cone (conos rotativos), un sistema de origen australiano que permite eliminar el alcohol a baja temperatura sin alterar los compuestos aromáticos.
De esta manera, hay un doble motivo para brindar este fin de año. Santiago Mayorga, enólogo de la bodega se refiere al producto: “queríamos ofrecer algo que mantuviera la identidad del vino, pero adaptado a un nuevo tipo de consumidor que disfruta del ritual, sin necesidad de alcohol”.
Las cifras del 0.0
Los números no mienten. La demanda de vinos y otras bebidas sin alcohol, va en aumento y las proyecciones sugieren un incremento sustancial de las ventas para los años venideros.
La cerveza sin alcohol, que ha sido pionera en este camino, es por mucho la alternativa sin alcohol más popular frente a las bebidas alcohólicas tradicionales. Prácticamente, ya no hay una marca global que no tenga su versión 0.0.
En particular, para el mercado de vinos sin alcohol se prevé que se expanda hasta 2033, con una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 10%. Un estudio reciente develó que el valor del mercado actual de dos mil millones de dólares, está a punto de ascender a 5 mil millones de dólares dentro de este período de tiempo; y destacan a Estados Unidos y a Brasil como mercados fértiles para estos productos.
En Argentina, Domaine EdeM, picó en punta con una serie de desarrollos a base de mosto de uva saborizados y gasificados (Brunette y Blonde), con vinos de bajo grado (N.7 Uco Mineral y N.7 Uco Stones) y el Rosae N.0 un espumoso desalcoholizado, todas alternativas de bajo grado y de alcohol 0, que el Catena Wine Instituto lleva adelante buscando atender a la tendencia, con calidad e innovación.

Es que ya no hay categoría de bebida que no haya sido influenciada por esta movida: vinos en todos sus estilos y colores, cervezas, sidras, y destilados. Es más, los últimos datos al 2024, revelan que el segmento de bebidas “sin alcohol”, convoca más consumidores nuevos, que su contraparte de “bebidas con bajo contenido de alcohol”.
Sobriedad intermitente
Mientras mi Generación X creció con la normalidad, incluso la incitación, a beber irresponsablemente, la Generación Z y sobre todo la Millennials, parecen ser increíblemente sensatas. Han rebautizado el “consumo responsable” como "curioso por la sobriedad" o la "sobriedad intermitente”, que básicamente significa, tomarse un descanso de la bebida de vez en cuando.
Sugieren beber los fines de semana, dos veces por semana, sólo en agasajos como cumpleaños o bodas, o en ciertas ocasiones si y en otras no, de manera ordenada y sostenida en el tiempo.
La relación de los Millennials y la Generación Z con el alcohol, es muy diferente, debido a una mayor conciencia de los riesgos para la salud, a los cambios en la forma en que pasan el tiempo libre y al inicio tardío en el consumo del alcohol.
Las redes sociales han desempeñado un papel enorme para que las generaciones más jóvenes beban menos. Se trata del universo donde se muestran y se dan a conocer, y estar ebrio en las selfies no da una buena imagen y muchos de sus modelos a seguir, modernos y famosos, no beben.
Además, sin ser una experta en el tema, me animo a decir, que estas tendencias, surgen y se desarrollan con más fuerza, en aquellos mercados donde hay un consumo importante e histórico de bebidas de alto grado. Muy diferente es en países de tradición mediterránea como Italia, España, Francia, incluso Argentina, donde el vino (con mucho menos grado alcohólico), es la bebida social y natural de nuestra idiosincrasia que acompaña todas las comidas, los encuentros en familia y con amigos.
Finalmente, es bueno saber, que un consumo moderado es bienvenido y ha sido responsabilidad de la industria dejar claro ese mensaje desde hace mucho tiempo. Más allá de los rótulos que dan título a este y otros artículos, ser curioso y sobrio supone reflexionar y decidir acerca de que, cuanto y como bebemos; es construir una relación saludable con el alcohol, donde cada uno elige su détox, de acuerdo a sus preferencias y necesidades, siempre con la conciencia clara de que los excesos no ayudan.
Las bebidas sin o con bajo alcohol, llegaron para quedarse, son una solución para muchos consumidores y una alternativa para otros, pero también deben ser vistas como una oportunidad de negocios, sin duda, para las bodegas argentinas que se destacan por su espíritu innovador. Por estas buenas noticias, invito a brindar con 1, 2 o 3 copas de malbec, como decía mi papá, “medido, siempre medido”.
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