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El Americano que llegó a Conde

Desde que me hablaron del Conde Negroni, pensé que era un mito, o la creación de un gran publicista o genio del marketing. Era tan bueno el cuento, que no podía ser cierto. Y me equivoqué. No sé si fue todo lo que leí o los muchos Negronis que me tomé lo que me convenció: el Conde existió.

 


Antes que el Negroni, el Americano

Para que exista el Negroni, hubo otros cócteles que lo precedieron, y algo importante, un aperitivo que los engloba a todos y los viste de rojo: el bitter Campari.

 

Gaspare Campari lo creó en 1860 en Milán, y lo promocionó en su café Camparino. Hierbas. especias, piel de frutas, quinina, ruibarbo y naranja amarga son algunos de los ingredientes de este bitter rojo seductor.

 

Alrededor de 1860-1870, en la aristocrática Italia del norte, la gente visitaba los cafés a última hora de la tarde y pedía un aperitivo: el Mi-To, la abreviatura de Milano-Torino, las ciudades de origen del Campari y del vermut rosso, respectivamente, las 2 bebidas que formaban el Mi-To. 

Luego, esta mezcla, se remató con un poco de soda y hielo.

Alrededor de 1900, hubo una oleada de turistas estadounidenses en Italia. La leyenda dice que la mezcla fue tan adorada por ellos que el Mi-To pasó a llamarse Americano.


Unos años después, un rayo golpeó en el mundo de los cócteles cuando un tal Camilo Negroni entró al Café Casoni (ahora el Café Roberto Cavalli) en Via de ’Tornabuoni en Florencia.

Camilo, pidió al barman Fosco Scarselli algo más potente que el regular Americano. Scarselli, sabiendo del buen gusto del Conde, y su favoritismo por el destilado inglés de enebro, reemplazó la soda con el dry gin y añadió un toque de naranja para diferenciarlo del Americano (que lleva piel de limón) y así nació el Negroni, hijo del Americano y nieto del Mi To.



Un clásico vermut coctel

En los últimos años, el Negroni aumentó en popularidad en la comunidad de los bartenders, y ahora se ha unido al Dry Martini y al Manhattan para formar la Triple Corona de cócteles clásicos.

 

Es una bebida increíblemente balanceada, y difícil de hacer mal; esto significa que no importa en qué lugar del mundo te encuentres, si pedís un Negroni, no va a fallar; incluso prepararlo en casa es fácil y siempre vas a quedar bien con tus invitados.

 

Tiene tan sólo 3 ingredientes que no pueden faltan en tu barra.

Se coloca 1 oz. de vermut dulce (rosso), 1 oz. de Campari y 1 oz. de gin, en un vaso mezclador (mixing glass) con hielo. Hace girar los cubos durante 30 vueltas. Luego se sirve en un vaso corto con hielo y decoras con media rodaja de naranja. Así de simple.

 

Gary “Gaz” Regan, escritor y bartender icónico británico y autor de “Drinking La Dolce Vita. El Negroni”, lo definió de la mejor manera: “El Negroni es una de las fórmulas de bebidas más simples y elegantes, me encanta por su historia, porque cuando lo preparas, tienes mucho que contar para entretener a los clientes, eso es lo que todos buscamos en un cóctel: no solo un buen gusto, sino un mundo detrás”.

 

Herederos del Conde

Parece que hubo algunos oportunistas y aventureros, que se presentaron como descendientes del Conde, reclamando ciertos derechos. Pero al final, sus únicos herederos son las variaciones del mismo coctel. Te dejo las recetas.

 


Bitter (1 oz)

Destilado (1 oz)

Vermut (1 oz)

Negroni

Campari

dry gin

rosso

Boulevardier

Campari

bourbon

rosso

Old Pal

Campari

rye whiskey

dry/seco

Cardinale

Campari

dry gin

dry/seco

Sbagliato

Campari

prosecco (2 oz)

rosso

Agavoni

Campari

tequila o mezcal

rosso






Y hay más. Para el café un Port Negroni, reemplazando el vermut rosso por un Porto dulce, o un Sugar Negroni, sustituyendo en destilado por un ron añejo.

 

Jeffrey Morgenthaler, en Portland, Oregón, almacenó una mezcla de Negroni en unos barrilitos de roble pequeños, durante unas pocas semanas en 2009, e ideó el Negroni Aged, un modelo seguido por muchos bares en el mundo.

 

Pero lo que más ayudo a su popularidad es, sin duda, su simplicidad.

El Negroni se puede beber en tu bar favorito, pero, además, en casa; en un after office o en la previa de un asado. Puede acompañar un rico corte de carne bien jugoso, una pizza Margarita, unas berenjenas a la napolitana o unas pastas con pepperoni.

 

Sin dudas, el Negroni es un compañero incansable de ruta.

 

 

 

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