Le Beaujolais Nouveau est arrivé
El tercer jueves de noviembre, los restaurantes y tiendas de vino del mundo descorchan, al unísono, miles de botellas de Beaujolais Nouveau. Pero ¿cómo surgió este vino y esta tradición, que involucra varios millones de botellas?
Un adelantado en sus tiempos
Es bueno saber que este vino, que hoy convoca a millones de personas en Francia y en las ciudades más cosmopolitas del mundo, no la tuvo fácil. Y si bien, es verdad, no esta a la altura de un gran vino de Bordeaux, Bourgogne o Champagne, es uno de los grandes abanderados del país galo y un ejemplo de resiliencia en la viticultura del mundo.
La historia del Beaujolais Nouveau se remonta a los inicios del siglo XIX, cuando los viticultores y los comerciantes de la región de Beaujolais decidieron vender su cosecha con antelación, precisamente en noviembre. Recordemos que en el hemisferio norte las vendimias son en septiembre/ octubre; mientras que en el hemisferio sur son de febrero/marzo y ciertas regiones abril.
De modo que, por muchos años, este vino de la región de Beaujolais de una vinificación rápida, llegaba a los centros de consumo, a los bistrós de Lyons y de París, a fines de noviembre.
El Estado optó por intervenir y prohibir el comercio de vinos jóvenes, pues le quitaban mercado a otros que recién llegaban al consumidor al año siguiente de su vendimia, especialmente, los tintos de Bordeaux.
Obviamente, que las razones y necesidades de una y otra región, eran diferentes pero de naturaleza financiera. Los viticultores de la región de Beaujolais no tenían la espalda para aguantar el vino en bodega, y debían vender cuanto antes para costear la producción siguiente. Mientras que en Bordeaux, los propietarios y los negociantes, si estaban dispuestos a soportar el costo de inmovilizar sus vinos, para que, finalizada la crianza esos vinos de guarda no solo sean más ricos y complejos sino más caros y su rentabilidad mayor.
Tras la Segunda Guerra Mundial, la región vinícola de Beaujolais luchó por recuperar su economía regional y encontrar nuevos consumidores. Así pues, la Union Viticole du Beaujolais solicitó la posibilidad de vender sus vinos "en primeur", es decir, antes del 15 de diciembre del año de la vendimia.
La solicitud fue aceptada por las autoridades el 13 de noviembre de 1951. Así nació la tradición de vender el Beaujolais "Nouveau", como una categoría dentro de la denominación Beaujolais.
¿Pero a que refiere Nouveau?
Son vinos que se elaboran de uva tinta gamay o blanca chardonnay, mediante la llamada maceración carbónica. Sin entrar en tecnicismo aburridos, sólo diré por ahora que se trata de un método de vinificación que genera, en muy corto plazo, vinos de color intenso, de extrema frutosidad, acidez agradable y moderada, y singulares aromas de plátano, de grosellas y a caramelo de frutilla, simples pero muy ricos.
Claro que, lo que nace rápido termina rápido y por eso, estos vinos primerizos (nouveau), deben ser consumidos dentro de los 6 meses de su elaboración, dado que luego pierden sus atributos. Pero la verdad es, que el mundo se los consume mucho antes.
Beaujolais Cru, el hermano mayor del Nouveau.
Dicen que al hermano menor todo le resulta fácil, gracias a que los mayores le allanaron el camino. No es el caso del Nouveau, que fue quien guió a la familia y le dio la fama que tiene la región.
Como muchos vinos en Francia, se conocer por su lugar de origen. De modo que, existen el Beaujolais (apelación regional, mayor extensión territorial y producción), Beaujolais Village (comprende 38 municipios) y el Beaujolais Cru: sólo 10 comunas acceden a esta mención: Brouilly, Côte de Brouilly ,Chénas, Chiroubles, Fleurie , Juliénas, Morgon, Moulin-à-Vent, Régnié, Saint-Amour). Estos últimos, solo son tintos de gamay, con crianza en barrica, de taninos dóciles, resultado de una vinificación convencional. Ya hablaremos de estos vinos.
Al que madruga Dios lo ayuda
No existe, un fenómeno masivo más estruendoso y excitante a nivel mundial, que el lanzamiento anual del Beaujolais Nouveau.
En bares y restaurantes, en un crucero por el Sena, en las plazas, en los balcones, en cada mesa francesa y por supuesto en la misma región, se festeja con una botella de Nouveau. Solo se necesita música, la típica charcuterie de campiña y centenares de copas de este vino.
En Londres, se rentan helicópteros que cruzan el canal de La Mancha para el traslado; Tokio, New York y más capitales lo descorchan en bares, restaurantes y eventos.
Beber Beaujolais Noveau, es beber el vino primerizo, el primero que da la bienvenida a la vendimia. Así nació como concepto local y regional; y por cuestiones de marketing que son incuestionables se convirtió en un suceso. Claro que debemos saber lo que pagamos por este vino; si estamos en Paris, no más de 6 euros (y puede ser mucho), si estamos en New York o Tokio, puede que se multiplique esa cifra por 10, porque es el costo de beberlo en la fecha indicada.
Salud, y bienvenido Beaujolais Nouveau!.
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