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La batalla del vino. El juicio de Paris

En la historia mundial del vino, hay un episodio notable para el llamado Juicio de París. Una contienda entre Francia y Estados Unidos, donde sus vinos de chardonnay y cabernet sauvignon se subieron al ring. ¿Quién ganó? Seguí leyendo.

 

Steven Spurrier y Patricia Gastaud-Gallagher fotografiados en L'Academie du Vin, en 1977 / Foto: Archant

¿Cómo empezó todo?

En mayo de 1976, Steven Spurrier, un joven inglés afincado en París, regentaba una pequeña tienda de vinos: Les Caves de la Madeleine, en un pasaje de la rue Royal, junto con su compatriota Patricia Gallagher. Además, ambos habían puesto en marcha la Académie du Vin, la primera escuela privada de Francia dedicada al mundo del vino.

 

Ese mismo año se celebraba el bicentenario de la independencia de Estados Unidos. Spurrier y Gallagher pensaron que el acontecimiento era una buena oportunidad para conseguir un poco de publicidad extra para su tienda y escuela. Así que decidieron organizar una cata a ciegas entre vinos franceses y vinos californianos.

Concretamente, se trataba de enfrentar a duelo a los desconocidos vinos californianos contra los icono clásicos vinos franceses.

 

La gran cata

La cata se realizó a ciegas para hacerla lo más objetiva posible. Asistieron Steven Spurrier, Patricia Gastaud-Gallagher, 9 miembros convocados al jurado, George Taber (revista Time) y Bella Spurrier, fotógrafa del evento y mujer de Steven Spurrier.

 

Según palabras del propio Spurrier: “fue una cata a ciegas muy seria con solo los participantes en la sala”. Spurrier fue crítico de la película Bottle Sock (2008), que recreo este evento, y que, según el comerciante inglés, es pura ficción en muchos pasajes.

Lo que es cierto e incuestionable es que, esta cata fue un punto de inflexión que cambió la historia del vino. El resultado fue inesperado y para muchos desopilante. 

 


Los vinos

Steven y Patricia viajaron por separado a Estados Unidos en los meses previos, y visitaron las bodegas para elegir los vinos.

Entre los dos escogieron los dieciséis vinos – entre estadounidenses y franceses – que se verían cara a caras en París, el 24 de mayo.

Todos los vinos californianos eran de bodegas que habían iniciado su actividad a finales de los años 60 y principios de los 70. Mientras que entre los franceses se encontraban algunos de los vinos más venerados de Bordeaux y Bourgogne, con una trayectoria de más de siglo.

 

Finalmente, el chardonnay más votado fue Chateau Montelena 1973, y el cabernet sauvignon ganador resultó ser Stag’s Leap Vineyard 1973, ambos californianos.

 

Fue tal la sorpresa que Odette Khan, miembro del jurado, pidió cambiar sus puntuaciones, a lo que Spurrier, evidentemente, se negó.  Los jueces, personalidades francesas de renombre, no solo a nivel vinícola, sino gastronómico y cultural a nivel mundial, no podían creerlo, mucho menos permitírselo. Sin embargo, no se podía borrar lo ocurrido y la magnitud del suceso fue tal que en el museo Smithsonian conservan una botella de Chardonnay Ch. Montelena 1973.

Francia había sido derrotada, por los vinos de un lugar del mundo, hasta ese momento desconocido para los enófilos.

El después

En los días posteriores, para Steven y Patricia todo había resultado un fracaso, pues ningún medio francés había mandado a un periodista a cubrir el acontecimiento, y su objetivo de obtener publicidad se había esfumado.

 

Pero no contaban con que, George Taberperiodista americano, iba a publicar en la revista Time un artículo de 7 páginas sobre lo ocurrido. Y eso sí que sacudió el avispero.

 

Por un lado, la fama de los vinos americanos subió como la espuma, y más países del nuevo mundo, se subieron a la ola. Convencidos del potencial de sus vinos, salieron al mercado internacional con serias intensiones de rivalizar con los grandes de Francia.

Por otro lado, fue un toque de atención que ayudó a que los productores franceses no se durmieran en los laureles del savoir faire de la vieja Europa y salieran de su zona de confort.

 

La peor parte se la llevó Spurrier que, tras el revuelo, fue considerado un traidor por parte de las personalidades del vino en Francia, y tuvo que cerrar su tienda de París para volver a Gran Bretaña, donde trabajó como un reputado consultor de vinos y crítico para revistas especializadas.

Steven Spurrier es una de las personalidades que ha dejado el mundo del vino, sin duda.

 

Casi 50 años más tarde, seguimos recordando este gran duelo, y sigue siendo motivo de notas, cenas y eventos. Un capítulo único en la historia, que todo amante aficionado al vino debe conocer.

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