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Malbec, ejemplo de IA inteligencia argento

En estos días, se habla de la IA y de algo en particular, la “Inteligencia Argento”.  Un concepto que apela a la idiosincrasia argentina, a la capacidad de adaptarse, de encontrar distintas formas de resolver los problemas, a la improvisación ante determinadas contingencias. Cualidades que "por ahora", la inteligencia artificial no tiene.



El hogar de origen de la malbec

El malbec es uno de los mejores ejemplos de esa inteligencia argento.

Una cepa que llegó de Francia, y de la mano de los “winemakers argentos”, dió muestras de esas cualidades. Se adaptó al suelo y clima, encontró distintos caminos para expresar vinos con carácter y diversidad; y respondió, a las tendencias del mercado y a las preferencias del consumidor. Sin duda, al malbec argento, no hay máquina ni algoritmo que la reemplace.


La malbec era originalmente una uva asociada a Francia. Conocida como Côt, era la vid más plantada en todo el suroeste francés, en Cahors específicamente, y en Bordeaux, donde aún se cultiva, en zonas periféricas y siempre en una proporción menor en los vinos blend.

 

El arribo a Argentina habría sido a mediados del siglo XIX y, posiblemente, a través de unos esquejes importados desde Bordeaux.

Lo que nadie discute, es la espectacular adaptación a las condiciones de clima y suelo en las tierras vitivinícolas de Argentina.

 

Por muchas décadas los vinos tintos argentinos, fueron un blend de malbec y bonarda. Pero, a comienzos de los 90’, Argentina inició una reconversión y modernización de su industria, junto a la tendencia de los vinos varietales.

En ese preciso momento se produce el gran debut del malbec, cuando se lanzó al mundo con todos sus atributos y se apropió para siempre del título de embajadora de la viticultura argentina.


 

Mendoza y más allá

Mendoza es el epicentro de la viticultura argentina, y la mayor extensión territorial. Luján de Cuyo, justo al sur de la ciudad de Mendoza, es el terroir conocido como el hogar espiritual del Malbec.

Junto a Maipú conforman la llamada Primera Zona, por la simple razón que fue el primer oasis cultivado en las cercanías de la ciudad y de los recursos disponibles en otros tiempos, como el agua para el riego o el ferrocarril.

 

Pero el malbec, creció, se adaptó y llegó a otros rincones del país. Es un varietal versátil, que da vinos jóvenes frutados, vinos con crianza en madera, vinos de consumo diario y vinos de alta gama, y vinos rosados.

 

Es, además, el partner favorito del cabernet sauvignon y del cabernet franc. Basta con recordar, que muchos de los grandes vinos íconos elaborados por las bodegas, responden a esa fórmula, en distintas proporciones. Quimera (Achaval Ferrer), Grand Vin (Cuvelier de los Andes), Felipe Rutini, Vistalba Corte “A”, Tito y Jose Zuccardi de Familia Zuccardi, Cheval des Andes de Terrazas de los Andes, Séptima Gran Reserva, y muchos más que hay que disfrutar.

 

El sabor regional del malbec

El último gran desafío del malbec, es expresar sus atributos desde el origen. Llevar a la botella de la manera más fiel y nítida posible, el carácter regional del malbec.

 

En ese camino, las latitudes (de norte a sur), y las altitudes, en muy cortas distancias, son los parámetros a tener en cuenta. Por eso, un ejercicio simple, es probar unos ejemplares de norte a sur.

Comencemos por el norte, Salta. En las alturas, a más de 1500 msnm. el malbec se viste de color rojo, muy intenso casi opaco, huele a especias y fruta muy madura como a mermeladas e higos, y en boca es denso y potente.

 

Viñedos en Cafayate, Valles Calchaquíes. Salta.


En Mendoza, hay un estereotipo de malbec, con unas características que se expresan en la mayoría de los vinos: aromas a ciruela, frutos rojos como fresas, de textura muy agradable como aterciopelada, y una acidez moderada. Pero si ajustamos el GPS aparecen matices.

 


El malbec de Luján de Cuyo, cultivado en torno a los 900/1000 metros de altura, expresa de manera más nítida la fruta madura, frescura moderada y taninos firmes, un vino con músculo y envolvente.

Hacia el oeste, en el Valle de Uco, en viñas plantadas en los 1100 y hasta 1500 metros, en un clima más de montaña, aparece un malbec con aromas a frutas frescas, rojas y negras como moras, un perfume herbal y floral muy singular, con cuerpo medio y de acidez acentuada.

 

En Patagonia, en otras latitudes, el malbec expresa notas de frutos rojas, además de un trazo a herbáceo, son más livianos en cuerpo y muy frescos.

 

Sin duda, que el clima especialmente, define el perfil de la uva y del vino, pues inciden en su maduración y en la concentración de los componentes.  La diferenciación territorial es un compromiso de las bodegas, un camino que busca vinos testimoniales.


Armando la cava


De manera que, en tu cava no pueden faltar, al menos 2 o 3 malbec de Mendoza, de Lujan de Cuyo y del Valle de Uco, algún malbec potente de Salta y otro de la Patagonia.


Después, habrá que pensar en cualquier excusa para reunir a los amigos y celebrar la diversidad del malbec con un buen asado. ¿Quién puede rechazar esta invitación?

 

Algunos nombres, sugerencias para practicar:


·      Norte: Colome . Yacochuya . El Esteco

·      Lujan de Cuyo: Achaval Ferrer . Mendel . Rutini . Alta Vista . Luigi Bosca . Séptima . Vistalba . Alta Vista . Catena .

·      Valle de Uco: Familia Zuccardi . Cuvelier de los Andes . Monteviejo . Bramare

·      Patagonia: Humberto Canale . Fin del Mundo . Malma . Noemia

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